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Cuando era pequeño mi padre me habló de un antepasado aventurero que viajó a Cuba y luego a Filipinas. No fué de vacaciones para su desgracia, sino que fue enviado al frente de guerra, aunque sobrevivió a ambas; además cuenta la leyenda familiar que una chica de la realeza filipina se enamoró de el y le ayudó a salir. Un buen día, mi bisiabuela estaba barriendo la puerta y vio como se acercaba su hijo, casi irreconocible por lo delgado y una pierna menos.
Leyenda familiar.
Mi mente desde entonces no hizo mas que imaginar las aventuras por las que pasó mi antepasado, tambien me hizo reflexionar; si el viajó tan lejos hace cientos de años, sin internet, sin avión … sólo y unicamente con un barco a vela podía desplazarse. Entonces en el mundo actual, a pesar de las dificultades de la pandemia, creo que será mas facil de realizar. Eso si, espero volver entero de vuelta.
Fue mi pareja Anna la que me dijo que porque no dejaba un tiempo la monotonia del trabajo diarío y nos íbamos a recorrer américa en caravana. Al principio, me gustó la idea pero tardó unos días en abrir mi mente hacia lo posible, así que me puse a investigar cómo hacerlo y los pasos que debía seguir para conseguirlo.
El primer paso era pedir un permiso por colaboración con una ONG de hasta seis meses, para ello tenía que encontrar la ong con el proyecto que mas me gusta y seguir el proceso, pero no es tarea fácil, aunque actualmente estoy en contacto con una con la idea de ir a Colombia, haciendo actividades de enseñanza a niños desfavorecidos, Anna está mas interesada en el cuidado de tortugas marinas. Pero aun estamos en fase muy inicial del proyecto.
El segundo objetivo es encontrar furgoneta 4×4 o casa rodante como allí lo llaman, no es tarea fácil hacerlo desde aquí pues no hemos encontramos servicios online hasta el momento. De que acabemos el voluntariado empezaremos a recorrer las selva, los andes,la patagonia y como ojetivo final Ushuaia, el poblado mas al sur de américa. Mi venerado sueño.
Desde espaciocuantico.es ya hablamos de lo importante de tener ideas positivas y objetivos en la vida, porque sin duda lo que de pequeño imaginé mientras escuchaba la historia de mi abuelo, ahora ha llegado el momento de vivir las aventuras, sentir que estoy vivo y compartirlo con vosotros.